En una requisa realizada en Manabí fue detenido la madrugada del domingo pasado un ciudadano que hacía cinco años que estaba oficialmente muerto.

Cuando en el año 2010 se encontró un cuerpo carbonizado en la comunidad El Aromo, no se sabe bien cómo, se identificó el cadáver y se lo entregó a sus familiares, quienes lo cremaron.

Ahora se descubre que no era quien creyeron y que esa persona asumió otra identidad con la cual vivió cinco años. Se cree que lo hizo porque tenía muchas deudas y para cobrar seguros de vida.

El hecho siembra algunas dudas en los ecuatorianos, más allá de las preguntas que debe estar haciéndose la Policía para esclarecer el caso. ¿Es tan fácil en el Ecuador declarar oficialmente muerta a una persona? ¿Y es más fácil todavía asumir una nueva identidad?

Investigar este caso es importante por sí mismo, pero, además, porque servirá para descubrir las debilidades del sistema que ponen en riesgo la seguridad de nuestra identidad. (O)