Manuela Picq, periodista y profesora universitaria brasileña, que vive en el Ecuador hace ocho años, fue detenida el 13 de agosto durante las manifestaciones de protesta contra el Gobierno. El parte dice que había sido agredida por los manifestantes y que una mujer policía se acercó para ayudarla, le pidió sus documentos y no los portaba. Pero las fotos y los videos que captaron algunas personas muestran una realidad diferente. Manuela, que tiene formación académica en derecho internacional y en estudios indígenas, estaba en la manifestación junto con su compañero sentimental, el presidente de la Ecuarunari.

Permaneció privada de su libertad 90 horas, hasta que se celebró la audiencia, en la que sus abogados plantearon que se habían forjado documentos para cancelarle la visa y que había contradicciones en los partes policiales sobre su detención. La jueza decidió negar la deportación por encontrar inconsistencias en el caso y anunció que pediría a la Fiscalía que investigue a los agentes que elaboraron el parte y a los funcionarios de la Cancillería que anularon la visa que garantizaba su estadía en el país.

Es necesario que se realice la investigación señalada, porque sería muy grave que hechos como los que se utilizaron para detener a Manuela pongan en riesgo, una vez más, la seguridad de los ciudadanos nacionales y extranjeros. (O)