En su intervención del sábado 8 de agosto, el presidente de la República, al referirse a la marcha indígena y al paro convocado para el 13 de este mes con el que, según expresó, se quiere regresar al pasado, dijo: “Es legítimo manifestarse en democracia”, y añadió que es ilegítimo hacerlo a partir de una mentira y “es ilegítimo e ilegal parar actividades, atentar contra el derecho a que la gente se movilice, causar daño a la propiedad pública, cerrar carreteras, partirlas, etcétera. Eso no lo va a detener el Gobierno, eso lo van a detener ustedes, ciudadanos. Lo evitarán ustedes en paz, pero con firmeza”.

Por supuesto que quienes apoyan al Gobierno tienen derecho a manifestarse y, si se quiere evitar enfrentamientos, lo prudente sería hacerlo en otro momento, pero no les corresponde asumir la tarea que la Constitución reserva para la Policía Nacional, cuya misión es “atender la seguridad ciudadana y el orden público, y proteger el libre ejercicio de los derechos y la seguridad de las personas dentro del territorio nacional”. Ellos están preparados para eso y, como en este caso, les corresponde proteger tanto a los manifestantes como a la ciudadanía en general.

Se ha dicho que la acción que culminará mañana será pacífica y hasta aquí así ha sido. Sería lamentable que se produzca una confrontación de ciudadanos contra ciudadanos, que abra heridas de difícil curación y absolutamente negativas para la democracia y para la paz. (O)