Alberto Molina Flores

En Corea del Norte existen los llamados inminban, son grupos entre 20 y 40 familias que se vigilan unos a otros; es decir, es una vigilancia vecinal permanente. Se conoce que uno de cada 40 adultos es un informante a sueldo; en esa sociedad del terror se desconfía hasta de su propia sombra, por lo tanto, el terror a la delación es terrible. La disidencia no existe porque el castigo es cruel. El acusado es sentenciado a muerte, y toda su familia es internada en campos de prisioneros y condenados a trabajos forzados. Todos los norcoreanos tienen la obligación de pertenecer, ya sea al partido único de los trabajadores, al sindicato, o a la liga juvenil o al de las de mujeres.

En Cuba, luego del triunfo del Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro, se crean los Comités para la Defensa de la Revolución (CDR), al inicio estos comités eran organizaciones solidarias que se crearon en cada barrio, luego pasaron a ser de espionaje, delación y para amedrentar a quienes no estaban de acuerdo con la revolución. Su estructura es centralizada; cada cuadra tiene su CDR, los CDR de las cuadras conforman el del barrio, el de la provincia y así sucesivamente hasta el CDR nacional. Funcionan como organismo subalterno de la Policía de Seguridad de Cuba.

En Venezuela actúan los llamados Círculos Bolivarianos, a la usanza de los CDR, son grupos organizados supuestamente para discutir los problemas de la comunidad y canalizarlos hacia el gobierno, pero no son otra cosa que verdaderas hordas de delación, encargados de reprimir a quienes no coinciden con la ideología “chavista”, y están al servicio de la llamada Revolución Bolivariana, es decir, al servicio del gobierno.

Durante la Revolución Rusa fue creado el Consejo Militar Revolucionario (CMR) por el Comité Central del Partido Comunista (1918) y su función era netamente político-militar, la de identificar y neutralizar a los enemigos de la revolución. Durante la primera época de Stalin, el CMR mandó a la cárcel y a fusilar a cientos de miles de “enemigos” del pueblo.

En nuestro país, el 10 de agosto de 2009 en su discurso de posesión, Rafael Correa, señaló: “El gran desafío en esta nueva etapa de la revolución es crear en cada casa un comité revolucionario, en cada barrio un comité de defensa del gobierno nacional y de la Revolución Ciudadana para estar preparados frente aquellos que quieren desestabilizarnos”.

Ahora, seis años después del “gran desafío”, nuevamente Correa convoca a la organización de los CDR y para este menester dispone que el canciller Patiño tome dos meses de licencia para “realizar trabajo de fortalecimiento de las bases de Alianza PAIS”. “Ricardo (Patiño) tiene mucha experiencia en organización territorial, en organización política, le he pedido que solicite dos meses de licencia para ayudar a fortalecer los Centros de la Revolución Ciudadana, para que en caso de emergencia repeleremos la Plaza Grande”.

Un gobierno que respeta fielmente la Constitución y sus leyes, que ejerce su poder con sabiduría, equidad y justicia, cumpliendo con los postulados de una democracia participativa en donde todos los ciudadanos hacen uso de sus legítimos derechos sin temores, no requiere de ninguna clase de comités que defiendan su gobierno; este será defendido por todos sus gobernados.

*Coronel (r). (O)