Irán y los seis países conocidos como G5 + 1 (China, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Rusia y Alemania) han llegado a un acuerdo para limitar el programa nuclear iraní a cambio de levantar las sanciones nacionales y multilaterales a ese país. Solo se mantendrán el embargo de armas por cinco años y la prohibición para comprar tecnología de misiles por ocho años más. El acuerdo será presentado a las Naciones Unidas para su aprobación.

No todos piensan que el acuerdo es positivo. Los países árabes lo ven con recelo porque creen que Irán apoya a sus enemigos en los conflictos armados que hay en la región. Israel ha expresado su franco desacuerdo y ha advertido que hará lo posible para poner fin a esta “rendición histórica”.

Lo convenido tendrá también repercusiones económicas, entre ellas, probablemente, en el precio del petróleo, pues ahora Irán podrá inyectar más crudo a un mercado saturado.

Pero parece claro que con los puntos del acuerdo y la aceptación de Irán para que se establezca un régimen de inspecciones y transparencia en el cumplimiento de los objetivos se ha desmontado una de las grandes amenazas sobre la paz del mundo y se ha abierto la puerta para mejores relaciones políticas, diplomáticas y económicas en Medio Oriente. (O)