Ayer, el juez de Flagrancia aceptó el cambio de delito de los jóvenes que fueron apresados en el centro-norte de Quito, el 19 de junio, durante las protestas por la supuesta supresión de la sección nocturna del colegio Mejía.

Durante los incidentes, una motocicleta de la Policía fue quemada en las calles y los tres presuntos culpables fueron detenidos y acusados de sabotaje, un delito para el cual la pena es de cinco a diez años de prisión.

Ayer se aceptó el cambio del delito y ahora serán juzgados por daño a bien ajeno, que de acuerdo con el artículo 204 del Código Integral Penal merece una pena de uno a tres años de privación de libertad, si se utiliza el fuego para destruir el bien, y que, según uno de los abogados defensores, también podría resolverse con la reposición de lo dañado.

Este cambio ha sido bien recibido, ya que la acusación de sabotaje parecía inadecuada y desmesurada. Es un paso positivo, porque algunas de las sanciones impuestas en casos similares, más que sancionar por cometer un delito, parecían buscar un escarmiento que cause temor. (O)