Ayer, miles de guayaquileños salieron a las calles convocados por el alcalde de la ciudad para expresar su rechazo a decisiones gubernamentales que consideran que vulneran sus derechos y las leyes y Constitución de la República.

Las protestas se iniciaron en Quito hace unos días y, aparentemente, las desencadenó el envío a la Asamblea de dos proyectos de ley, conocidas como de las herencias y de la plusvalía, pero si oímos los gritos y leemos los letreros, entendemos que no son los únicos motivos.

Sin embargo, el Gobierno ha respondido retirando temporalmente los proyectos y declarando que lo hace para propiciar un ambiente de paz en el país que recibirá al papa Francisco en los próximos días, ignorando lo demás.

Es necesario que en las esferas oficiales se escuchen las voces de la calle, son muchas y tienen derecho a ser oídas. Si no es así, seguirá el desencuentro con las consecuencias de fragmentación, resentimientos y verdades a medias, que no crean el mejor ambiente para el progreso, la justicia y la convivencia armónica. (O)