Hace 120 años estalló en el Ecuador la Revolución Liberal liderada por Eloy Alfaro. Los cambios que se dieron en el país son innegables, el paso a la modernización se logró con nuevas ideas y el impulso a la educación. Se buscó la unidad nacional, materializándola en la terminación del ferrocarril que unía la Costa y la Sierra, se abolió la pena de muerte, se estableció el matrimonio civil, se logró la separación de la Iglesia y el Estado, se reivindicaron los derechos de las mujeres, hubo mucha obra pública y se estimulaba la práctica de la justicia, pues Alfaro pensaba que “cuando desaparece la práctica de la justicia, se viene al suelo el edificio social que llamamos nación”.

Pero el mayor legado del proceso que se inició el 5 de Junio de 1895 fue la profundización en los derechos civiles y políticos, la búsqueda de la igualdad ciudadana, el respeto a las libertades públicas y a los derechos fundamentales de los seres humanos: la libertad de expresión, la libertad de imprenta y de palabra, la libertad de culto y, sobre todo, la revalorización de la autonomía de la conciencia. Valores que debemos conservar, cuidar y defender. (O)