La última barrera para todos los seres vivos, la muerte. La muerte, esa compañera inseparable que tenemos durante toda nuestra vida y a la que no debemos temer, pues cuando nosotros somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros ya no somos.

Todos hemos visto de más lejos o de más cerca lo que la muerte significa. La muerte es el cese de todas las funciones físicas y mentales. La muerte es algo que solo sucede una vez y es para siempre. El cuerpo físico desaparece por la acción del tiempo hasta que no queda nada de él. Nadie ha vuelto de la muerte para contarlo, por lo que no hay pruebas de que nos indique que después de la muerte nada de lo que fuimos sobreviva. Sin embargo, las religiones afirman que el hombre no solo está formado de cuerpo físico sino que también tiene un cuerpo espiritual que trasciende a la muerte. Esta afirmación religiosa de que somos seres espirituales, la ciencia no ha podido demostrar, por lo que esta afirmación carece en absoluto de sentido. Nadie ha visto, ha pesado, ha intuido, ha demostrado que el alma exista. La ciencia tampoco ha podido demostrar que exista algo parecido a un mundo espiritual, donde esas almas puedan existir eternamente.(O)

Roberto Gavilanes Guaycha, doctor en Medicina; Vinces, Los Ríos