Un diario español y el Wall Street Journal, de Estados Unidos, han publicado hace unos días que la justicia estadounidense lleva años investigando a altos funcionarios venezolanos sospechosos de haber convertido a su país en un centro global de tráfico de cocaína y blanqueo de capitales. Entre los investigados, según estos diarios, está Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional. Sustentan sus afirmaciones en lo aportado por doce fuentes.

Cabello ha dicho que cree que lo que quieren es destruir la revolución, exige pruebas a quienes lo acusan e inicia acciones contra periodistas y medios de comunicación venezolanos que publicaron la noticia. De hecho, ya ha demandado a algunos y ha conseguido que se prohíba salir del país a veintidós personas, entre directivos, columnistas y reporteros.

Para Venezuela, que ya sufre por la escasez de productos de primera necesidad y, en algunos casos, por la privación de libertad a sus líderes, sería muy grave que se comprobaran las acusaciones, tanto internamente como a nivel internacional. La presencia del narcotráfico tiene un gran poder corruptor y corroe el tejido social, por lo que una vez descubierto el mal solo queda erradicarlo de raíz.(O)