¡Cómo pasan los años! Nos reunimos y recordamos anécdotas y experiencias. Nos resistimos y pensamos, nuestra juventud se fue. En los años 60 nuestra adolescencia vibraba de emoción. En el 2015 nuestra vejez vibra de recuerdos.

¡Qué emoción recordar las calles Colón y Chimborazo de Guayaquil al mediodía, en la esquina, en la tarde el deporte y de noche las tertulias; el fin de semana, la algarabía de las serenatas. Entre los jóvenes de la gallada estaban el Loco Rivera y Parada, madrugaban. Pancho, Mono blanco e Ingeniero Q., siempre platicaban. Blanco Lucas y Flint estudiaban en el colegio Nacional. Alfonso el Chulo era el apurado. Esteban Bototo, Luiz Cañita y Luis Gallito (se graduaron en el Vicente Rocafuerte). José Bolsita, Ricardo el Italiano y los Tama se recibieron de bachilleres en el San José. Carlos Paraguayo, Carlos Chamo y José Camarada (llegaba a brindar unas ricas bielas). Carlos Barcelona, Guillermo Pescadito, Jorge Talo. Eloy el Cholo y los Moreira iban al restaurante Gardel. José Pingüino, Joffre, Guido el Caminante, Paz, Caldo de bola, Manolete, Rabito, Maestro, Flácido; infaltables a la esquina. Las reuniones más grandes eran con naipes. La vida continuó y la gallada se extendió, llegaron más chicos como los hermanos Ch., de la calle Sucre y Chimborazo; los amigos Luis y Eloy del barrio de Eloy Alfaro y Manabí; los hermanos C., que saludaban, y Hugo Avioneta, llenos de juventud. Hermosa gallada se creó. Algunos se fueron al más allá, los recordamos con tristeza. La esquina de Colón y Chimborazo se transformó por el progreso de hoy, la esquina de mi gallada está muerta; está presente, la tenemos en nuestros corazones.(O)

Luis Arturo Santos Martínez, Durán