“La Santa Sede confirmó que su santidad, atendiendo a una invitación del jefe de Estado y de los obispos del Ecuador, realizará un viaje apostólico a nuestro país entre el 6 y el 8 de julio”, anunció el cardenal Raúl Vela en una reciente rueda de prensa.

De esta manera, se confirmó algo que la mayoría de los ecuatorianos esperábamos, recordando que hace treinta años nos visitó el papa Juan Pablo II.

La Conferencia Episcopal invita a los católicos a preparar la visita con una oración que, en palabras hermosas, plantea que sepamos aprovechar la oportunidad y el tiempo de espera robusteciendo la vivencia del Evangelio y haciendo de las parroquias e iglesias sitios de encuentro y de servicio a los pobres e indefensos y lugares en los que se viva en comunión y en fraternidad.

Quienes no son católicos probablemente no dirán la oración, pero valdría la pena considerar que la fraternidad, el servicio a los pobres y las enseñanzas evangélicas de justicia y paz son una propuesta de compromiso existencial para todos los seres humanos.

Aún no se conoce la agenda de Francisco, pero lo adecuado es que, aunque tenga los momentos propios de un jefe de Estado, se respete el tiempo que su condición demanda para su labor pastoral. (O)