¿Juntos un exbanquero, dirigentes de Pachakutik y un militar miembro de un partido político que llegó al poder y no pudo sostenerse en él? Sí, ¿por qué no? Todos son ecuatorianos, representan a otros ecuatorianos y comparten una preocupación que atañe a la nación.

Que los unos son derechistas, capitalistas, corresponsables de decisiones erróneas; que otros son populistas, que en su gobierno hubo acusaciones de corrupción; que los terceros son izquierdistas, que organizan marchas que a veces paralizan el país con sus levantamientos. Se dice y, puede ser, es parte de su historia, la tienen como todos los seres humanos y en el caso de los políticos, a la ciudadanía le corresponde juzgar si eso los hace o no merecedores de su voto. Pero no los inhabilita para reunirse e invitar a otros a hacerlo para buscar acuerdos acerca de temas de interés común.

Declaramos que somos un país democrático, es decir que adoptamos una forma de organización estatal en la que las decisiones que afectan a la población las toma el pueblo por participación directa o indirecta, la Constitución señala lo correspondiente. En el caso de la nuestra, el artículo primero señala que “la soberanía radica en el pueblo” y en varios artículos se destaca la necesidad de la participación popular. Quienes se reunieron recién, consideran, tal como lo dice la Constitución, que corresponde al pueblo que la aprobó, modificarla. Con este convencimiento iniciaron los trámites que determina la ley para solicitar la realización de una consulta popular para tomar la decisión de si se cambia o no la disposición constitucional que consta en el artículo 144, de que el presidente de la República puede ser reelegido una sola vez, para abrir la posibilidad de la reelección indefinida. Siempre encontraron obstáculos, por lo que decidieron reunirse para llegar a un acuerdo que les permita definir una estrategia común para lograr lo que es un derecho de la ciudadanía. Ese fue el motivo de la convocatoria, sobre la marcha decidieron también defender la necesidad de conservar la contribución estatal del 40% para las pensiones jubilares de los afiliados al IESS.

Es propio de una democracia y es bueno para su estabilidad que exista la posibilidad y la voluntad de buscar acuerdos, y no debe asombrarnos que se den entre contrarios porque, precisamente, se trata de eso, de que sectores políticos antagónicos encuentren en el diálogo las coincidencias y que lo hagan públicamente, para que la ciudadanía tenga claros los motivos y los objetivos del acuerdo.

Es necesario desarrollar una cultura de diálogo, de búsqueda de coincidencias, que pueden ser puntuales y que permiten tomar decisiones que el país necesita y que no deben significar un trueque de favores, un toma y daca, sino el deseo de resolver y alcanzar algo que es positivo para la nación.(O)

Es propio de una democracia y es bueno para su estabilidad que exista la posibilidad y la voluntad de buscar acuerdos, y no debe asombrarnos que se den entre contrarios, porque se trata de que sectores políticos antagónicos encuentren en el diálogo las coincidencias.