Recientemente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) emitió un informe destacando la importancia de las relaciones comerciales entre Asia-Pacífico y Latinoamérica. El informe enfatiza que el éxito de esta relación se encuentra en la diversificación de productos, pero sobre todo, en la eliminación de barreras comerciales. Nuestros vecinos del sur lo han entendido bien y años atrás crearon la Alianza del Pacífico (AP). La AP es una iniciativa de integración regional creada en el 2011 por el entonces presidente de Perú, Alan García, quien extendió una invitación a sus colegas de Chile, Colombia y México, con la finalidad de definir acciones conjuntas para la vinculación comercial con Asia-Pacífico.

Esta exitosa integración económica es el resultado de políticas abiertas al libre comercio, respeto a la propiedad privada y sobre todo, una actitud común con respecto a la Inversión Extranjera Directa (IED). Además, su enfoque en la competitividad, y no en ideologías (contrario al ALBA-TCP, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio para los Pueblos), la ha colocado en un estatus muy competitivo a nivel mundial.

Sus miembros acordaron liberalizar el 90% de su comercio interno y enlazaron sus bolsas de valores en el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), convirtiendo el MILA en el mercado bursátil más grande de Latinoamérica en términos de capitalización y de número de empresas cotizando.

Los escépticos ya han hablado de un bloque de ultraderecha en Latinoamérica con ayuda del ‘imperialismo’ estadounidense. Sin embargo, lo que tienen en común los participantes de la AP es que puedan presumir de un auge económico con altas tasas de crecimiento, IED y exportaciones. En el 2013 todos los países miembros captaron un total de 84.300 millones de dólares en IED, por encima de los 83 mil millones de dólares que esperaba el Mercosur para ese año. Esto se debe a que en Argentina la IED cayó en 13% y en Venezuela 54%, con respecto al año anterior. El contrapeso fueron Uruguay con un crecimiento del 10% y Brasil con 8%. Chile, el común a la AP y al Mercosur, registró una caída del 16% en IED.

La AP se trata de un mercado de más de 200 millones de consumidores entre ellos, y juntos representan el 35% del PIB total de Latinoamérica y el Caribe, mientras que produce el 55% de las exportaciones totales de la región. La AP es hoy la sexta mayor economía mundial.

A inicios de este mes, la AP se reunió en Cartagena para dialogar con más profundidad sobre sus relaciones con Asia-Pacífico. En su informe, el BID destacó, por ejemplo, que el comercio bilateral entre Corea del Sur y Latinoamérica ha crecido a un promedio del 17% anual desde 1990 hasta alcanzar 54 mil millones de dólares en 2014. Esto se debe, en gran parte, a tratados de libre comercio firmados por Seúl con los países miembros de la AP.

La eliminación de barreras comerciales ha atraído inversionistas a nuestros vecinos del sur, y con ellos, un crecimiento en sus economías. Por el contrario, colocar barreras en un mundo tan globalizado nos aísla, y esto es negativo no solo por las represalias comerciales de otros países a corto plazo, sino también por las consecuencias económicas y el costo de oportunidad a largo plazo.(O)