El Grupo de Diálogo Rural se acaba de plantear, en una reunión a la que lamentablemente no pude concurrir, qué se puede hacer para mejorar la producción agropecuaria a partir del fortalecimiento de las organizaciones de productores, que sigue siendo un tema sensible.

Comparto algo del resultado de sus reflexiones, que gloso, y añado algún comentario:

Antes de establecer un plan operativo para el fin perseguido, se requiere una definición estratégica razonando su necesidad y su objetivo, para lo que habrá que tener presente el actual escenario rural y agropecuario en el que las demandas centrales no son tanto por la tierra o el agua, sino en busca de la provisión de insumos, acceso al financiamiento, adecuada comercialización, así como un nuevo marco legal e institucional, según se ha podido establecer.

Habrá que identificar y analizar si son suficientes las razones que cuestionan la manera tradicional de capacitación para lograr la asociatividad de pequeñas organizaciones locales, con escasa membresía, representatividad, viabilidad, impacto y sostenibilidad.

Por eso, sin abandonar el apoyo a las organizaciones locales se deberían privilegiar las agregaciones de organizaciones a nivel regional y nacional, que agrupen a más núcleos de productores, para viabilizar las demandas de comercialización directa, provisión de insumos, acceso a tecnología y financiamiento, que suelen ser sus principales requerimientos.

Hay necesidad de una comprensión integral del fortalecimiento organizacional a través de la asociación, sin circunscribirla a capacitación, sino incluyendo las principales demandas actuales de los gremios: comercialización, tecnología y financiamiento, porque también motiva el afán de asociarse.

En el tema de capacitación, el enfoque principal ha sido dar charlas y talleres a los dirigentes gremiales; pues bien, se recomienda que esto se combine con procesos de motivación a la masa de agricultores y no solamente a sus élites, utilizando los medios de comunicación masiva.

Se necesita una comprensión amplia de la asociatividad, no solamente como cohesión interna, sino como articulación de las organizaciones de productores con los actores locales e iniciativas en marcha, y también para lograr establecer alianzas con otros eslabones de las cadenas de producción y comercialización.

Es importante fomentar nuevos modelos de asociación de carácter empresarial, que rebasen la gestión paternalista y clientelar de conseguir recursos del Estado; pasando a brindar, directamente o en alianza con terceros, servicios a sus miembros, para satisfacer las demandas que sean de su mayor interés.

Los modelos de asociación que se vayan a fomentar deben ser diversos, en función de las culturas locales y en relación con el tipo de productos y exigencias de las demandas del mercado; debiendo tener en común un sentido empresarial de la gestión, esto es, eficiencia, rentabilidad y sostenibilidad, necesariamente ligado a un adecuado cuidado de su sostenibilidad y, especialmente, sometido a un celoso sistema de rendición de cuentas.

El fortalecimiento de las organizaciones de productores agropecuarios puede producir efectos positivos en el campo y también disminuir la migración a las urbes. ¿O no?

¿Apoyaría gestiones para ese objetivo? ¿Sería tan amable en darme su opinión? (O)