Entre marzo del 2010 y junio del 2014, Ecuador vendió su petróleo a USD 98 el barril. Fue el periodo de la historia de mayor abundancia de recursos fiscales, que además le sirvió al Gobierno para conseguir abundante crédito externo. En ese lapso el saldo de la deuda externa creció en USD 8 mil millones y más que se duplicó a USD 15 mil millones.

Mientras el resto del mundo vivió la gran recesión, el Ecuador fue Jauja. El Gobierno dispuso en su totalidad de todo el dinero del petróleo y deuda externa. Además aumentó la presión tributaria y las aportaciones al IESS, lo que le permitió colocar más bonos del Estado a la seguridad social y tener más fondos de los cuales disponer.

La plata del petróleo y la deuda pública fueron en gran medida a obras públicas, muchas de gran utilidad como las centrales hidroeléctricas y la mayor parte de las carreteras, parte fue derroche como el monumental edificio Unasur, erigido en homenaje a Néstor Kirchner. Los ingresos tributarios fueron a aumentar el tamaño del Estado pero también a mejorar los salarios de maestros y policías.

Pero Jauja se acabó. Las perspectivas de que el petróleo retorne a los niveles de los 51 meses a junio del 2014 y que se estabilice a ese nivel, son mínimas.

El escenario más probable es que nuestro petróleo promedie alrededor de USD 47/barril este año, menos de la mitad que en el precio promedio de la bonanza. Como los costos de producción son fijos para las contratistas petroleras, en su mayor parte en el rango de USD 35 a USD 40, los ingresos petroleros caen significativamente.

El Gobierno no pierde la esperanza de que a pesar de los augurios, el petróleo se recupere; si bien es poco probable, no es imposible. Por eso su estrategia que podríamos calificar de “pasar el bache”. Consiste en conseguir un fuerte apoyo financiero de China pero también del BID, y tomar draconianas medidas para restringir las importaciones, lo cual va a elevar fuertemente el precio de productos importados no indispensables, como automóviles y televisores.

Esa estrategia le sirvió en el 2008-2009, cuando se inició la gran recesión mundial pero el precio del petróleo solo estuvo deprimido por seis meses. Para el Ecuador el impacto de la crisis mundial fue menor.

Pero hoy lo que sucede es que Arabia Saudita ha renunciado a su papel de equilibrar el mercado petrolero, aumentando o reduciendo su producción. Riad considera que la flamante tecnología de obtener petróleo de esquistos es una amenaza a su dominio del mercado petrolero, y el nuevo objetivo de su política es mantener su participación de mercado, sacando del mercado al crudo más caro de producir, como el de los esquistos pero también el ruso y el de costa afuera del Brasil.

La conclusión es que hasta que el mundo no aumente su consumo lo suficiente para absorber todo el crudo de la OPEP y además el de esquistos, el precio estará deprimido.

Si dentro de seis meses no hay visos de que el precio del crudo se recupera, el Gobierno tendrá que cambiar de estrategia, y adoptar medidas más drásticas.(O)