Hace un año Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, en Venezuela, se entregó a las autoridades que lo acusaban de, presuntamente, incitar a los hechos violentos que sucedieron en las diversas manifestaciones que estallaron en el país, en protesta por las dificultades económicas, sociales y políticas que se viven. López sigue en la prisión militar en la que fue encarcelado. Sus familiares, coidearios y organismos internacionales solicitan su liberación, sin resultados.

Mientras tanto, la situación se complica en su país. El aumento de los precios, especialmente de los alimentos, llegó al 65 por ciento; el desabastecimiento se mantiene por la falta de divisas y por la caída de la producción. Maduro insiste en que hay un complot internacional en contra de su gobierno y su popularidad cae aceleradamente.

En este panorama, la calidad de vida de los venezolanos se deteriora y es difícil saber hasta dónde llegará su resistencia. (O)