Cuando las guerras terminan aún queda un peligro que es producto del enfrentamiento armado. Se trata de las minas terrestres que permanecen en las tierras en conflicto. En ellas mueren y quedan mutiladas miles de personas.

Ecuador no es una excepción: después de la guerra del Cenepa, hace casi veinte años, quedaron muchas minas en territorio de cinco provincias del país. Fueron la causa de la muerte de ocho personas y de la discapacidad de cuarenta y cinco.

Hasta la fecha se han desminado las provincias de El Oro y Loja, pero aún quedan minas en Pastaza, Zamora Chinchipe y Morona Santiago.

Desde el próximo mes de enero se realizará la tarea de desminar en las tres provincias orientales, con lo cual, al finalizar, Ecuador podrá ser considerado territorio libre de minas.

La tarea, peligrosa pero necesaria, será realizada por dieciocho escuadras, dirigidas por dos mujeres miembros del Ejército ecuatoriano, que son las primeras de su género, especializadas en desminado en América Latina. De esta manera, la igualdad es más que una declaración cuando se trata de tener la capacidad requerida y demostrarlo. (O)