El papa Francisco resume en ocasión de Navidad su mensaje para el año 2015 afirmando: “No esclavos sino hermanos”. El papa invita a recorrer el sendero hacia la libertad con el aliento de la fraternidad. Es un sendero en zigzag, cuyo inicio queda indefinido y cuyo final se pierde, si no se mira al que nos hizo hermanos.

En su cumpleaños comento su mensaje, señalándolo con muchos otros, como mediador para el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

El pueblo cubano salió de una esclavitud, la de ese capitalismo “salvaje”, encabezado por Batista. Castro y sus circunstancias, negando la fuente de la fraternidad, hizo fusilar a cientos de cubanos, alineados en un paredón y a otros cargó con cadenas deshumanizadoras.

A pesar de todos los vejámenes, la Santa Sede no rompió relaciones con el régimen de la familia Castro; pues las relaciones del papa son más que diplomáticas; son similares a las relaciones de sangre.

Algunos no entendían que el papa visite a Cuba antes que a otros países; no conocían con claridad la tarea paterna del pastor universal.

La presencia activa del representante del papa en Cuba había secundado el esfuerzo de los obispos para abrir y mantener abierto un resquicio a la libertad. En ocasión de la visita de Juan Pablo II a Cuba, los hermanos Castro, ensanchando este resquicio, aceptaron recorrer el sendero hacia la libertad. Desde esa visita se ha recorrido un largo trecho.

El papa Francisco trae a mi memoria a Pío XII, quien calladamente puso a servicio protector de los judíos al Estado Vaticano, a religiosos (s), a parroquias. Los dirigentes judíos en ese tiempo lo sabían y lo declararon “justo”. Los actuales no quieren saberlo. La acción mediadora calladamente realizada por el papa Francisco es reconocida por los dirigentes de este tiempo. Se ha reiniciado con el aplauso generalizado el sendero hacia la libertad; espero que la fraternidad aliente desde dentro y desde fuera el largo caminar que queda por delante. Pedro Meurice, arzobispo de Santiago, presentando al papa al pueblo a él confiado expuso, con la valentía de obispo, que busca solo servir, elementos de la realidad de Cuba en el año 1998. Estaba presente Raúl, a quien su hermano Fidel nombró sucesor. Tuvo que oír los siguientes elementos de la realidad (similares a los ecuatorianos). Muchos lo mirábamos. Había perplejidad en la muchedumbre. -El pueblo camina hacia la despersonalización, que es fruto del paternalismo. -Un número creciente de cubanos confunde la Patria con partido. -Confunde la cultura con ideología (visión parcializada). - Cristianos de América Latina en Puebla optamos por servir preferentemente a los pobres, respetando y cultivando su libertad. -Los más pobres entre nosotros son los engañados con medias verdades, son aquellos que no tienen el don preciado de la libertad, del que habla el papa. El papa Francisco señala en su mensaje “la indiferencia general” establecida por gobiernos totalitarios con información nula o parcial. A los nuevos medios que evaden el control se debe en parte la progresiva apertura en Cuba. (O)