El proyecto de incorporar a las amas de casa a limitados beneficios del IESS, considerándolas como trabajadoras en el hogar, constituye un absurdo conceptual porque ellas no son solo laboriosas en los servicios domésticos, sino autoras del desarrollo de la sociedad por su influencia en la constitución de la familia.

Constituye criterio pobre hacerlas contribuir económicamente al IESS para recibir beneficios limitados a ciertos años de edad, cuando la Constitución obliga al Estado a proporcionar salud y bienestar a los ciudadanos sin distingos de ninguna especie. Ellas no son asalariadas de sus esposos, compañeros o familiares, para en el eventual caso de atrasarse en los pagos, ser calificadas de morosas del Seguro Social. ¿Este calificativo se podría añadir a otros que se hicieron famosos públicamente como “gordita horrorosa”, “vieja pelucona”, “coloradita”, etcétera?

Opino que con esto nos “distraemos” de los problemas económicos que nos cuesta y costará muchos años pagar.(O)

Manuel Ojeda Fuentes, Guayaquil