El 2 de diciembre, el cuerpo de José Tendetza, un líder de los shuares, fue encontrado flotando en el río Zamora, atado con una soga. Lo enterraron antes de que fuera identificado. Sus compañeros pidieron la exhumación del cadáver, establecieron su identidad y solicitaron una segunda autopsia, pues hay indicios de que se trató de una muerte violenta.

Tendetza era opositor a la explotación minera y defensor del respeto que merecen sus territorios; se disponía a asistir a la Cumbre Mundial del Medio Ambiente y presentar una denuncia ante el Tribunal de los Derechos de la Naturaleza.

Se ha prometido una investigación exhaustiva, pero dirigentes indígenas piden que se conforme una comisión internacional que investigue el hecho.

El artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo aniversario se conmemora hoy, señala: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona” y el artículo 5: “Nadie será sometido a torturas...”. En el caso de Tendetza se habrían irrespetado los dos y el Estado debe investigarlo y sancionarlo, así lo determinan las leyes y la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la cual somos signatarios.(O)