No hay un secreto para reducir el crecimiento poblacional: Las mujeres que son informadas y reciben acceso a opciones de anticoncepción tienen menos hijos. Sin embargo, India persiste en una estrategia cruel y errónea de bajar las tasas de natalidad mediante la esterilización masiva de mujeres. En estados más pobres India con tasas de natalidad más altas, trabajadores del sector Salud son impulsados por amenazas e inducidos con incentivos para que tomen cualquier atajo que sea necesario para cumplir con los objetivos del gobierno.

En los 12 meses que terminaron en marzo de 2013, fueron esterilizadas 4,6 millones de indias. Entre 2009 y 2012, el gobierno de India pagó compensaciones a 568 mujeres que murieron a consecuencia de los procedimientos. Considerando todo, el 37% de todas las esterilizaciones femeninas practicadas en el mundo se llevan a cabo en India, muchas en condiciones antihigiénicas y de manera similar a una línea de ensamblado.

Cuando menos 13 mujeres murieron poco después de haber sido sometidas a ligaciones tubales el 8 de noviembre, en lo que en India se conoce como un “campo de esterilización”. Ellas formaban parte de un grupo de 83 mujeres que, ese día, atraídas por el pago de 1.400 rupias (alrededor de 22 dólares), se habían reunido en una sucia clínica pública que estaba abandonada, donde un médico y dos asistentes les practicaban ligaciones tubales.

Las mujeres no fueron examinadas médicamente antes de las operaciones, ni mantenidas en observación posteriormente. Simplemente las enviaron a casa con algunos analgésicos y antibióticos. Los antibióticos al parecer estaban contaminados, muy posiblemente por veneno para ratas. Aproximadamente 60 de las mujeres empezaron a vomitar al poco tiempo y a retorcerse del dolor, siendo llevadas a hospitales de la localidad.

Hubo una repercusión popular en contra de la esterilización forzosa de hombres durante un estado de emergencia impuesto por la primera ministra Indira Gandhi en los 70, el cual cambió el enfoque hacia las mujeres, con terribles consecuencias. India prometió ya desde 1994 que se ceñiría a un programa de planeación familiar justo y extenso, el cual proporcionaría una diversidad de informadas opciones de anticoncepción a mujeres y hombres. Aún no logra cumplir esa promesa. En 2012, el grupo Human Rights Watch exhortó a India a que abandone la esterilización motivada por objetivos.

Ante la indignación popular, el primer ministro Narendra Modi ordenó una investigación sobre lo que causó la enfermedad y muertes de tantas mujeres esta vez. Las familias de las víctimas recibieron de inmediato un pago compensatorio.

Pero, el mes pasado, el Ministerio de Salud de India dio instrucciones a gobiernos estatales para que duplicaran los pagos por esterilizaciones como un medio para alcanzar objetivos incluso más altos. Este es exactamente el enfoque equivocado. Las mujeres pobres de India tienen el derecho a decisiones reproductivas informadas, así como a cuidado médico que esté al nivel de estándares mínimos. Modi debería pronunciarse por un final inmediato a la esterilización masiva de mujeres pobres impulsada por objetivos, suministrarles medios a hombres y mujeres para tomar decisiones educadas en términos reproductivos e invertir en reparar el sistema de salud de la India, trágicamente disfuncional.

© The New York Times 2014.