El viernes 21 de noviembre del 2014, a las 16:40, llamé al 911 para informarles que en el parque del sector B, en la ciudadela Las Acacias, estaban tres muchachos consumiendo marihuana, sentados en las hamacas de los niños.

La señorita que me atendió me pidió una descripción de los muchachos, situación que de inmediato respondí. Igual mi nombre, esta vez no pidieron mi número de cédula. Me indicó que pronto recibiría una respuesta a mi demanda. Pasaron 60 minutos y no hubo una reacción policial. Obviamente todos los muchachos se fueron.

Con mi esposa nos quedamos esperando y nunca recibimos asistencia.

En julio del 2014 escribí a esta misma sección de EL UNIVERSO una carta en que solicitábamos la reactivación de los teléfonos de la UPC 20 (Unidades de Policía Comunitaria) Francisco de Orellana.

El trabajo policial se ve disminuido por la falta de una comunicación.

Tratamos de evitar que nuestro parque en la ciudadela se vuelva a convertir en un destino de malandrines, situación que se la combatió anteriormente con el auxilio policial.

Necesitamos que se activen el teléfono convencional y los celulares para comunicarnos con los agentes motociclistas de nuestra Policía Nacional.
Juan Z. Pérez Olivares,
Economista, Guayaquil