Ha pasado un mes desde que escribí una carta en la que me referí a los eventos en el centro de la ciudad de Guayaquil, específicamente en las calles Aguirre, Pichincha, Malecón. Han sucedido otra vez. El domingo 26 de octubre, la calle Aguirre se convirtió nuevamente en un canchón donde instalaron carpas, pantallas gigantes, equipos de sonido, parlantes y tarimas, para llevar a cabo una carrera desde las primeras horas de la mañana.

Los habitantes de los edificios otra vez soportamos el ruido de los parlantes con la música a alto volumen, las personas y las voces estridentes de los promotores dando instrucciones a los participantes. Nuevamente se utiliza el centro de la ciudad, la zona turística de la regeneración urbana, para llevar a cabo eventos que se podrían desarrollar en otros espacios abiertos y no entorpezcan el sueño, la paz, la libre circulación de los vehículos y de los peatones. Las calles y las colindantes fueron cerradas completamente al tráfico.

Autoridades, me parece bien que a través de estos eventos sensibilicen a la juventud y a la niñez para la prevención y la lucha contra el uso de las drogas, pero piensen en los que vivimos en el sector del centro de la ciudad, somos muchas personas mayores de edad que necesitamos nuestras horas de descanso y tranquilidad.

Marcela Valverde Colmont, Guayaquil