Los policías tienen en los feriados mucho trabajo en la ciudad. La población confía en las guardias día y noche por barrios, ciudadelas, centro de Guayaquil, para mantener el orden y la seguridad en los días de descanso que se vienen.

Los feriados no son muy tranquilos, en barrios los peloteros se toman las calles para jugar fútbol, hacen bulla, gritan malas palabras, apuestan, beben. Nadie les para la mano, no dejan descansar a las familias.

Mientras, las pandillas y más delincuentes salen a robar en las viviendas de las personas que se fueron de viaje al campo o a la playa por el feriado.

Wilson Chichande, Guayaquil