El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, pidió ayer “disculpas” al país, en nombre del PP (Partido Popular), por los casos de corrupción que implican a miembros de su tienda política.

El día anterior había sido desarticulada una red de corrupción que gestionaba la concesión de obras públicas a cambio de comisiones ilícitas. Agentes de la Guardia Civil detuvieron a 51 personas, incluidos seis alcaldes, cuatro de ellos del PP. Según la Fiscalía Anticorrupción, la red se había infiltrado en varios gobiernos locales y regionales, y en tan solo dos años gestionaron contratos por un valor de 250 millones de euros, en favor de empresas de la construcción y de servicios energéticos.

Se disculpaba Rajoy “por situar en puestos, de lo que no eran dignos, a quienes aparentemente han abusado de ellos”.

El poder político empleado de manera fraudulenta para servir a intereses particulares es una práctica que pervive por la connivencia de quienes lideran los órganos de control y transparencia. En el caso comentado aparentemente no ha sido así.