El caos vial no se resuelve con campañas o pintando pasos de cebra, letreros, etcétera, y no es un problema de Guayaquil, de su Municipio, ni aun de la CTE; el caos es un mal nacional y por tal un problema de Estado.

El Gobierno por mediación del Ministerio de Educación debe de implementar en los años preescolar y primero básico, una materia obligatoria llámese como se llame, en la que a los alumnos infantes se les enseñe a conducir y conducirse por calles, plazas, avenidas y carreteras; en todas las escuelas urbanas y rurales del país y que se construyan grandes parques de práctica de conducción de menores. Tal como se enseñan las cuatro reglas de aritmética –¿acaso nos hemos olvidado de sumar y restar?–, asimismo los niños cuando sean ciudadanos, sabrán conducirse y conducir respetando las señales de tránsito y la cortesía en estos menesteres; será la única forma de terminar a futuro con el caos vial del Ecuador. En lo que se relaciona a los carriles exclusivos de la Metrovía, sugiero que en lugar de utilizar a un vigilante colocando y quitando conos para impedir la ocupación de los carriles, lo que se debe es poner plumas como las tiene el aeropuerto y ciertos malls con censores que los activen los conductores de la Metrovía; y no desperdiciar el trabajo de horas de los vigilantes colocadores de conos.

José A. Valdivieso Saquisela, abogado en Derecho Civil, Guayaquil