Quisiera saber quién controla los ingresos de los complejos de aguas termales en el país, ¿y cuando los terrenos colindan con ríos, a quién pertenecen los ríos?

Existen balnearios adonde acuden personas de las zonas y turistas de otras provincias, como no hay centros comerciales, cines, etcétera, son los únicos lugares para distraerse un domingo las familias. Las personas se dirigen a bañarse en los ríos, con ello disfrutan de la naturaleza y de comer platos típicos.

Cuando ciertos balnearios están siendo arreglados, los turistas –y familias de escasos recursos– buscan alguna entrada de la zona para llegar a los ríos, y a una o dos cuadras antes de llegar encuentran personas que hacen parar todos los vehículos y cobran; por ejemplo por cada adulto, piden $ 3, por dejar pasar a los niños al río cobran $ 1,50, etcétera; lo que lo vemos muy caro dado que los que acuden hasta estos lugares para usar los ríos, quizás no tienen trabajos estables o tal vez no ganan un sueldo básico. Estuvimos en la Sierra (Cañar), íbamos a un río y no a utilizar ningún balneario o baño termal. Una persona parada en el camino nos dijo que a la orilla del río había algunas pozas de agua caliente, y como el río era de ellos, teníamos que pagar por bañarnos. Nos causó admiración que en sábado hubiera muchas personas, calculo que ese día ingresaron cientos, y los domingos puede ser superior; multipliquemos por cuatro fines de semana que tiene el mes, ¿cuánto recaudan al mes? Además no emiten facturas, pregunté a muchas personas y nadie tenía, a mí me dieron porque pedí. En la región de la Costa sucede lo mismo, aunque aquí los precios son un poco más baratos. Pido a las autoridades pertinentes control en los precios de las entradas a los balnearios y que no cobren cuando una persona acude a disfrutar del agua o transitar por un río, esto en bien de las familias que por tener tres o cinco hijos, abuelos, sobrinos, etcétera, tienen que disponer por lo menos de más de $ 20 para pagar a la entrada a algo que deberíamos tener gratuitamente todos los ecuatorianos, ya que las márgenes de todos los ríos del Ecuador deben ser de libre circulación.

Laura Zambrano Ojeda, licenciada en orientación familiar, Guayaquil