Tres cantones han sido afectados, en estos días, por falencias en el tratamiento de las aguas servidas o el sistema de alcantarillado.

En Guayaquil, el Ministerio del Ambiente detectó aproximadamente 70 desfogues clandestinos de aguas residuales, provenientes de viviendas y fábricas, a lo largo de 15 kilómetros en la zona norte del estero Salado. Algunos ya han sido clausurados y se continúa con los operativos.

En Playas, la rotura de un colector ha provocado dos focos de insalubridad que llevaron a declarar la emergencia sanitaria. La contaminación por las aguas estancadas es un problema recurrente, según indican los moradores del sector.

También el cantón San Vicente, de Manabí, ha sido declarado en emergencia, debido a que unas 300 viviendas están afectadas por las aguas servidas provenientes de la laguna de oxidación número 2, donde una de las compuertas se rompió.

A las autoridades municipales les compete realizar las obras necesarias, y a las del Ambiente, los controles oportunos para evitar la contaminación por aguas servidas, así como sancionar a quien, por acción u omisión, atente contra la salud pública.