El Instituto Internacional de Investigación sobre la Alimentación (Ifpri), que cada año publica una evaluación sobre el hambre en el mundo, alertó este lunes que el “hambre invisible” afecta a más de 2.000 millones de personas. Es un tipo de malnutrición a menudo ignorado porque sus efectos no son observables a corto plazo, pero con el paso del tiempo provoca mortalidad materna e infantil, discapacidad física, debilitamiento del sistema inmunitario y de las facultades intelectuales.

El informe agrega que el sobrepeso –e incluso la obesidad– es compatible con el “hambre invisible”, debido al consumo excesivo de “macronutrientes” (lípidos, glúcidos).

Además de las consecuencias para la salud, se ve afectada la economía de los países al perjudicar la productividad de las poblaciones.

Entre sus recomendaciones, el organismo invita a los gobiernos a “aumentar la diversidad alimentaria”, sobre todo obligando a añadir zinc, hierro, yodo y vitaminas esenciales a los alimentos durante su transformación.

En lo que respecta al ámbito familiar, se deben mejorar los hábitos alimenticios para asegurar una dieta adecuada y suficiente, especialmente en las etapas de crecimiento y desarrollo.