Más de 500 mujeres participaron en el concurso de la revista SoHo 15 años Colombia, para convertirse en la protagonista de la fotonovela y portada conmemorativa del medio escrito, dirigido para público masculino.

Los entusiasmados lectores escogieron a Natalia Silva Arango, de 19 años, estudiante de quinto semestre de Negocios Internacionales, como la ganadora irrefutable con 22.516 votos. La mencionada señorita, desafiando los 12 grados de Bogotá, cubierta solo con un diminuto panti, con tacones y pechos al aire se apareció de forma sorpresiva, para muchos “celestial”, en despachos de políticos, empresarios y medios de comunicación para entregar personalmente las invitaciones a la fiesta de celebración del aniversario de la revista. El jefe del equipo negociador de la paz del gobierno colombiano, Humberto de la Calle, salió perplejo en fotos de los diarios, cuando recibía la invitación, con razón, por un momento disipó el estar sentado frente a feos guerrilleros. Fue como si “un ángel desnudo había caído del cielo”. Era una mujer en “bolas” delante de dignos caballeros que estaban vestidos.

Ya lo relataba un famoso libro y serie en Colombia, “Sin tetas no hay paraíso”, en donde una muchacha hizo de todo para tener más siliconas que neuronas y así competir en un mundo de siluetas voluptuosas. En ocasiones mostrar más genera sensación y bien por la que así decide y le resulta. Paradójicamente a este suceso de receptividad con la muchacha desnuda hay otro que demuestra cómo en ciertas sociedades hay tanta, tanta moral, que casi se ha logrado que sean dos estándares reinantes. La doble moral.

Los concursos de belleza en este país tienen principios tan retrógrados que rayan en la ridiculez. Hace algunos días le quitaron de la cabeza la corona a la reina de Antioquia para el reinado Miss Colombia, simplemente porque la chica modeló en unas fotos en ropa interior antes de haberse lanzado al certamen.

Los “curuchupas” que organizan el reinado informaron a Paola Builes Aristizábal, que dichas imágenes, publicadas un día después del certamen, son “demasiado sugestivas”. ¿Qué sugiere?, la chica es seductora, atractiva, fascinante, precisamente, por eso la barra y el jurado la eligieron como reina porque es muy guapa.

Con esa mentalidad tan añeja, lo único que logran es negarles la oportunidad a los colombianos de coronar a una posible Miss Universo, la sociedad no es mejor por eso.

Aquí en Bogotá prohibieron terminantemente las corridas de toros, pero, ¿dónde están? los defensores de animales cuando los domingos en un concurrido mercado del sector de Usaquen venden perros, como pan caliente.

La doble moral es una mala consejera, como aquella que inspira a altos funcionarios que en una abundante comilona buscan soluciones al problema del hambre. Mejor voy a leerme la Soho de aniversario para luego no decir hipócritamente, no sé de qué va la revista.