El alza de la tarifa del transporte urbano solicitado por los dueños de la transportación, más los impuestos decretados por el régimen a todas las clases sociales, son preocupantes.

La mayoría de empleados y obreros ecuatorianos gana un salario básico unificado, con el aumento del valor del pasaje se afectará más su presupuesto. La tarifa salomónica groso modo sin cálculos politécnicos sería aumentar el 20% de $ 0,25 a $ 0,30, y de la tercera edad, minusválidos y estudiantes de $ 0,12 a $ 0,15; es decir un 25%. Algunos buses están circulando desde hace tres décadas con asientos en mal estado, llantas lisas, no respetan paraderos; radio con volumen estridente; conductores majaderos no respetan ni a las damas cuando les reclaman por el mal servicio, aceleran para llegar al control, ahora los controladores usan cuaderno y pluma para anotar la hora de salida y llegada y se ubican en lugares estratégicos. A los señores choferes les conviene dar coimas a vigilantes para no ser citados. ¿La tarifa del transporte de las ciudades tiene tinte político? Gobierno tira la pelota (ping-pong) a municipios para no comprometerse con la clase del volante. Señores transportistas, si este negocio resulta malo para ustedes, cambien de actividad económica por otra más lucrativa.

José Lara Villagrán, licenciado en Ciencias de la Comunicación, Guayaquil