Visité por casualidad el Centro de Información Toxicológica (Citox) en el Hospital de Niños Francisco de Ycaza Bustamante de Guayaquil, vi a los niños y que se despedían denotando gratitud como lo hice yo años atrás cuando ningún médico daba con un problema de mi hijo. Atiende a los guayaquileños y ciudadanos de todos los pueblos y ciudades contiguas en todos los casos relacionados a tóxicos que los tenemos en los hogares, jardines (insecticidas, pesticidas que venden al público sin control); en los remedios (drogas controladas, drogas no controladas); en el ambiente hasta en los perfumes y bebidas.

Lo malo es que vi un espacio reducido sin laboratorios toxicológicos, sistemas de depuración, alrededor de veinte pacientes algunos de pie en un mismo espacio sin ninguna privacidad. Deben de ser consultorios con espacios, más sillas, como han hecho en dispensarios estatales. Se trata de dotar un área de toxicología, ampliar el campo no solo para niños sino para jóvenes y adultos; los tóxicos atacan a cualquiera y hoy más que nunca tienen que atender consultas, hospitalizar y prevenir a la juventud de las drogas. No se imaginan a cuántas familias ayuda el  Centro de Información Toxicológica.

Zoila Cevallos Gaibor,
Ingeniera de Sistemas, Guayaquil