En un mundo ideal, la reducción es la mejor opción, pero en el mundo real hay que prever el futuro. Por ahora estamos en paz con nuestros vecinos, pero no sabemos lo que pueda suceder más adelante debido a cambios políticos que siempre sucederán alrededor nuestro, dentro y fuera de nuestras fronteras. Es una medida que debería ser analizada cuidadosamente, no sea que nos agarren con la guardia baja, debido a esta situación.
Arturo Suárez,
Guayaquil

La reducción de los recintos militares en las ciudades de Guayaquil, Quito, Cuenca y Loja hay que mirarla desde dos ópticas diferentes. En cuanto a la protección y defensa de nuestro territorio, siempre será necesario contar con la presencia de estos recintos militares que brindan garantía de soberanía, de seguridad y de paz a quienes hemos nacido en esta hermosa tierra que se llama Ecuador. Se daría por descontado que al ser eliminados en cada una de estas ciudades, se estaría de igual manera manteniendo protegidas las mencionadas ciudades, porque es una obligación de las Fuerzas Armadas hacerlo. Sin embargo, habrá que reconocer que los gastos en que se incurrían en dichos recintos, los que ya no se sufragarían, sin lugar a dudas servirán y deberán ser utilizados en otros menesteres como capacitación, experimentación de quienes seguirán sirviendo a la patria con el singular civismo del soldado ecuatoriano. Todos conocemos que las guerras nos conducen al dolor, la destrucción y la muerte y que la educación, la capacitación y el patriotismo nos conducirán siempre a la paz. Todos estamos obligados con nuestro contingente a colaborar en fortalecer la unión de todos los ecuatorianos. Preparémonos para vivir en armonía y capacitémonos para que por medio del conocimiento podamos llegar a sitiales estelares de producción y progreso, y de esta manera poder decir con orgullo: ¡Somos ecuatorianos y que viva la patria!
José E. Ortoneda Sánchez,
Guayaquil

Es un absurdo querer vender la idea de que vivimos en época de paz. Será que nuestros magistrados no leen ni escuchan las noticias que a diario se difunden por los medios. ¿Acaso no es sabido que nunca faltó un pretexto para cercenar nuestro territorio y además que puede haber hostigamiento de rebeldes obsesionados por el fanatismo? Por lo tanto, las FF. AA. deberán permanecer como símbolo de respeto y soberanía en todos los puntos de la patria.
José Sarabia,
Ballenita, Santa Elena

Todo país tiene que tener a lo largo y a lo ancho de su territorio, recintos, fuertes, bases militares para salvaguardar su integridad territorial; mientras más haya, será mucho mejor porque habrá seguridad.
Bolívar Arellano,
Guayaquil