Lectores me han pedido que otorgue más importancia al índice mundial de competitividad, elaborado por el Foro Económico Mundial, porque Ecuador ha hecho progresos importantes, lo cual es positivo para todos (así lo reconoce el Gobierno), y en realidad yo no lo había hecho porque los resultados me parecían extraños. Pero como tienen razón, he esperado la publicación del 2014, pero ¡oh sorpresa, Ecuador no figura! Los argumentos del informe son (traducción mía):

“Basados en análisis cuantitativos y cualitativos, los datos de la encuesta recogidos en Bosnia, Ecuador y Ruanda del 2014 se desvían significativamente de las tendencias históricas, y los recientes hechos en esos países no parecen aportar suficiente justificación para los grandes cambios observados”. (Página 94).

“Para Ecuador, la tendencia marcada por los resultados de la encuesta en los últimos 4 años no se corrobora con los desarrollos reales durante ese periodo. En consecuencia, como una medida excepcional Bosnia y Ecuador han sido excluidos de la cobertura de este año. Trabajaremos con nuestras instituciones asociadas para mejorar la administración de los procesos y la confiabilidad de los datos, con el objetivo de reintroducirlos cuanto antes”. (Página 95).

La institución asociada en Ecuador es la Espae, escuela de posgrado de la Espol. Personalmente le tengo un enorme respeto, incluso por haber sido profesor ahí. Estoy seguro de que hacen su trabajo de la mejor manera aunque las explicaciones dadas son insuficientes: “Desafortunadamente en 2014 el Foro Económico Mundial no pudo obtener para Ecuador datos comparables con años anteriores, debido a una distorsión/discontinuidad en el marco muestral en este año. Como resultado, no se ha podido asegurar la precisión de los datos o comparar con resultados anteriores (…) como precaución, el Foro no ha incluido a Ecuador en la evaluación 2014 (…)”. Insuficiente porque el Foro plantea dudas sobre la información de 4 años. Como en cualquier caso, no se pueden plantear dudas si no hay pruebas de lo contrario, incluso advirtiendo la posibilidad que al ser institución estatal, en este Gobierno esté sometida a las influencias del poder (desgraciadamente en un tema reciente la Espol demostró debilidades frente a las presiones, tema sobre el cual prefiero no volver).

De lo que sí dudamos, es de los grandes avances en competitividad que habríamos tenido y sobre los cuales justamente duda el Informe. ¿Más crecimiento? Apenas similar a años anteriores. ¿Cae la pobreza? También similar. ¿Más innovación, tecnología? Casi nada. ¿Dependemos menos del petróleo? No. ¿Empleo? El desempleo ha mejorado un par de puntos pero sobre todo por el aumento del empleo estatal (justamente 2 puntos adicionales) y con dudas sobre este indicador. ¿Inversión Privada? Ha bajado en relación al PIB. ¿Educación? Ciertamente hay más inversión física, pero ninguna indicación de reales mejoras. ¿Electricidad? Las hidroeléctricas recién estarán en 2016, décimo año del Gobierno. ¿Carreteras e infraestructura? Está bien. ¿Estabilidad? Sobre todo gracias a la dolarización que el Gobierno aborrece y al alto precio del petróleo. ¿Apertura al mundo? Estamos más cerrados ¿Es más fácil abrir y hacer negocios? Evidentemente no. ¿Corrupción? Usted opine: ¿No es entonces lógico tener dudas dentro y fuera del país?