Nuestra invitada
Rosalba del Pilar Muñoz Coello

Esta pregunta podría tomar por sorpresa a las jovencitas que alguna vez visiten el campo, pero esta era la habitual interrogante en el agro en los tiempos de antes, en los tiempos de niña mamá dice un tío abuelo para referirse a aquellos tiempos de esplendor que vivieron con tanta intensidad nuestros abuelos y abuelas, en esa época cuando el saludo a conocidos y la presentación a un desconocido eran protagonistas en las relaciones interpersonales, el estrechón de manos era parte de la cotidianidad, algo que va quedando olvidado en la historia y que ha sido reemplazado por un beso o roce de mejillas expresado casi de manera autómata. Si bien esta costumbre va quedando relegada es grato encontrar todavía personas quienes con mucha amabilidad y respeto hacen esta pregunta clásica para ellos, ya no tanto para las nuevas generaciones.

La presentación de una señorita y aquí debo mencionar que la palabra señorita ya fue reemplazada hace tiempo por la palabra chica para señalar a las jóvenes de ahora, y que señorita queda solo en el trato de los estudiantes a sus profesoras; decía que la presentación de un joven a una señorita o señora llevaba intrínseca la pregunta “¿cuál es su gracia?”, a lo que la joven respondía indicando su nombre. Esta pregunta ya en sí era una galantería como reconociendo de antemano la belleza y elegancia de la muchacha.

Los montubios de nacimiento, o de corazón, debemos ir regando la voz de lo que somos, de quiénes somos, la Costa está llena de montubios, quienes con sano orgullo así lo decimos, y no solo la Costa, en cada provincia del Ecuador siempre habrá un montubio, recuerdo la anécdota de mi hermano, quien vive en Quito; en una convivencia con una comunidad muy grande debían de formar grupos mediante la respuesta a una consigna, la cual era indicar con una palabra un recuerdo de la niñez, mi hermano anotó la palabra caballo y alguien más había anotado la misma palabra, un joven con quien al dialogar se preguntaron el porqué de su respuesta, ambos respondieron que su infancia la pasaron en Salitre y que eran montubios, uno de nacimiento, pero ambos de corazón.

Los tiempos cambian y hoy la pregunta “¿cuál es su gracia?” podría provocar asombro o risas en quienes la escuchan por primera vez; los tiempos cambian, es cierto pero los valores no, el respeto, la identidad y la tolerancia deberían ser promovidos en casa, en la escuela con el ejemplo, con los diálogos, con el compartir de las anécdotas que escuchamos, hoy más que nunca se aplica aquel dicho que “Un pueblo que no conoce su pasado no puede proyectarse al futuro”, un futuro que cada vez está más a la vuelta de la esquina.