El Diario EL UNIVERSO conmemora 93 años de presencia en el convivir nacional, siempre en la defensa y la lucha por la plena vigencia de los más caros anhelos de la libertad de expresión e información; fundamentales derechos ciudadanos que le ha permitido ubicarse, con el reconocimiento justo de la ciudadanía, en el primer lugar de referencia y aceptación nacional.

En cerca de 100 años de intensa presencia en el convivir nacional también ha sido objeto de ataques de la más variada índole, de quienes no han sabido comprender que su actividad consiste en la crítica constructora y constituirse en faro de la verdad que esté destinado a iluminar el camino, a veces polvoriento, de la democracia; como decía el ilustre jurisconsulto congresista doctor Raúl Clemente Huerta Rendón, señalando los aciertos pero que también se reflejen los errores de toda gestión, especialmente de los que envanecidos por el poder piensan que solo deben servir para adular al funcionario de turno, sin entender la dimensión de la actividad periodística que es no solo informar, sino también orientar el conocimiento de la verdad en beneficio de la más grande mayoría nacional que es el pueblo, con el que todos estamos comprometidos.

Quienes hemos transitado cerca de cinco décadas en lo público, también hemos sido objeto de cuestionamientos que algunas veces no hemos compartido, pero respetamos como medio idóneo de encaminar nuestra labor corrigiendo lo que sea menester; así lo hemos hecho frente a sugerencias constructivas, agradeciendo por el aporte a la gestión.

Pienso que el mejor mensaje que interpreta la labor periodística de EL UNIVERSO está plasmado en la frase con que encabeza su página editorial, de Luis A. De Bonald: “Un Estado puede ser agitado y conmovido por lo que la prensa diga, pero ese mismo Estado puede morir por lo que la prensa calle. Para el primer mal hay un remedio en las leyes; para el segundo, ninguno. Escoged pues, entre la libertad y la muerte”.

Juan Carlos Guzmán, licenciado, Guayaquil