Los ministros de Trabajo del G-20, reunidos recientemente en Melbourne, Australia, reconocieron en su declaración final que han pasado casi cinco años desde su primera reunión en plena crisis financiera mundial y que aunque muchos gobiernos han introducido nuevas medidas para mejorar el acceso al trabajo, “sin embargo, sigue habiendo una necesidad de generar cientos de millones de empleos decentes que saquen a las familias de la pobreza y consigan un desarrollo sostenible”.

El compromiso de la reunión es fortalecer planes de empleo, prevención de desempleo estructural, creación de mejores trabajos, promoción de centros de trabajo más seguros, impulsar la participación, dar más poder a las mujeres y promover el empleo juvenil.

El G-20 representa el 85% de la actividad global del mundo. Las políticas que adopten influyen con fuerza no solo en los países que integran el grupo, sino también en los demás, que deberían adherirse a los compromisos de los veinte países reunidos en Melbourne.

En el Ecuador es importante disminuir las cifras de desempleo y subempleo y sobre esto debería haber un acuerdo entre el gobierno y la empresa y entre los actores políticos para definir políticas públicas que se mantengan más allá de los resultados electorales.