El transporte público no tiene servicio culto, no es seguro. Los choferes no paran del todo los colectivos cuando van a coger pasajeros ni cuando los dejan, manejan como en competencia de Fórmula 1, se pasan los semáforos, tocan el pito.

Los choferes de buses no dan atención humanitaria a los pasajeros, gritan si no se bajan o si no se trepan rápido, ponen música a todo volumen, los carros son viejos y sucios casi todos. Encima lloran porque quieren subir los precios de los pasajes y no hacen nada para mejorar el servicio.

Juan Alberto Parra,
Guayaquil