La mayoría de las empresas ya exhiben el etiquetado multicolor en los empaques de los alimentos procesados que fabrican. Señalan fundamentalmente los niveles de sal, grasa y azúcar, de manera que los consumidores puedan adquirir el producto a partir de una información clara sobre componentes decisivos para la salud.

A partir de este mes, 156 técnicos de 9 coordinaciones zonales realizarán los controles necesarios. Quienes no cumplan las normas serán sancionados con la suspensión o cancelación del registro sanitario, lo que impedirá la venta de su producto.

Se ha comentado, y es cierto, que sería mejor que los datos fueran más completos si señalaran la proporción de cada componente, sin embargo, este primer paso es válido, si aprendemos a interesarnos en nuestra salud y su relación con lo que comemos. Las etiquetas de colores, además de ayudar a identificar rápidamente el nivel de tres elementos, deberían servir para empezar a educar a los niños en su significado y en la relación con nuestro bienestar. Las etiquetas no van a cambiar nuestros hábitos alimenticios, lo haremos nosotros, a partir de la información que nos ofrecen.