¿Cuál es la diferencia entre ingerir e injerir?

Ingerir (con /g/) es ‘introducir en el estómago por medio de la boca medicamentos, comida o bebida’. Ejemplo: Aún no ha ingerido sus medicinas. Es sinónimo de ‘comer, tomar, deglutir’.

Para indicar la acción de ingerir hay dos sustantivos: ingestión e ingesta. Ejemplo: Si continúas con la ingesta de frituras, tu salud se va a deteriorar.

No es correcto el uso de la palabra ingerencia (con g).

Injerir (con /j/) es ‘introducir una cosa en otra’, como injertar plantas o injertar en una frase una palabra o una observación. Con este sentido tiene uso transitivo, es decir, la acción pasa de un elemento a otro: El editor injirió algunas frases en el texto. También se suele emplear la variante inserir: Se ha inserido una tachuela en el neumático.

Asimismo, injerir es ‘inmiscuirse, entrometerse (o entremeterse) en un asunto en el que no se tiene ninguna competencia. Con este significado tiene empleo intransitivo y pronominal, por lo tanto el complemento se introduce con la preposición en, así: Por favor, ya no te injieras en mi vida.

Entre los sinónimos de injerir están intervenir, zampar, terciar, mediar, interponerse.

Los sustantivos relacionados son inserencia o injerencia (introducir, inmiscuirse): Este asunto no es de su inserencia o de su injerencia.

¿Y cómo se usan infligir e infringir?

Ambas se escriben con /g/. Infligir es causar o imponer una pena, un daño físico o moral. Ejemplo: Su traición le infligió un pesar sin límites.

Infringir es quebrantar una norma o una ley. Es obviar los cánones establecidos. Ejemplo: Los conductores de Guayaquil infringen constantemente la ley al circular por el carril exclusivo del metrovía.

¿El pronombre «él» va en mayúscula cuando se refiere a Dios?

En textos de carácter religioso, ya sea por señal de respeto o por costumbre, se han usado con mayúscula inicial los pronombres referidos a las personas sagradas.

No obstante, las normas ortográficas actuales indican que no hay razones lingüísticas que apoyen esa escritura. Por lo tanto, en textos en que se aluda a divinidades o a personas sagradas, los pronombres personales irán en minúscula, así: «Encomiéndate a Dios, él guiará tu camino».

FUENTES
Diccionario de la lengua española (2001), Diccionario panhispánico de dudas (2005) y Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Cómo se conjuga el verbo (2004), de Fernando Ávila.