Hace más de 40 años se promocionó la ciudadela Puerta del Sol en Salinas, en esos momentos jóvenes todavía, decenas de familias invertimos para tener una vivienda a futuro.

La ciudadela fue entregada al Municipio con calles asfaltadas. En una administración municipal tiraron piedras descomunales, las partieron y esparcieron por dos de las calles principales; el material es arcilla, este polvo amarillo entra a nuestras viviendas, se pega en las paredes, pisos, muebles, lo peor es que perjudica la salud. Este material al mínimo contacto con el agua, se convierte en lodo, se hacen verdaderas lagunas, las calles las convirtieron en verdadero martirio. Los habitantes redactábamos comunicaciones, para que arreglaran el grave daño a los habitantes de la ciudadela que pagamos impuestos altos al Municipio. Los reclamos y cartas continuaron, en la siguiente administración municipal enviaron a recoger una muestra del material, reconociendo que el daño había que remediarlo; pero solo fueron puras promesas, desengaños. Taxistas que circulan por el sector se horrorizan de las calles. Teníamos un jardín botánico al lado izquierdo de la ciudadela haciendo una especie de cerca natural, el jardín fue invadido; nada han hecho por reubicar a las decenas de familias que viven hacinadas, un incendio en esas condiciones sería fatal.

En el diario Súper salió publicada la resolución de las autoridades de la Península buscando la solución más humana y organizada, que sería reubicar a estas familias en las cooperativas Nicolás Lapentti y Caída del Sol. El señor presidente Correa ha dicho en su Gobierno que no más invasiones. Los pobres necesitan vivir de manera digna. Tenemos esperanza de que nos escuchen.

Laura Gómez Serrano, Guayaquil