En 1982, cuando el Ecuador estaba recuperando su vivencia democrática después de un largo periodo de gobierno dictatorial, apareció en las calles un nuevo diario: Hoy.

Impreso a todo color, con diseño modular y una propuesta editorial moderna y ágil, se presentó como un diario independiente y pluralista con afán de contribuir a la restauración de la democracia.

Durante treinta y dos años hizo honor a su vocación y aun en condiciones adversas, durante un gobierno definido por muchos como autoritario, mantuvo su defensa de las libertades individuales y particularmente de las libertades de pensamiento y expresión, igual que en nuestros días.

Más de una vez su posición insobornable, unida al declinar mundial de la circulación de los diarios impresos en papel, por la aparición de la nueva tecnología aplicada al mundo de las comunicaciones, trajeron consecuencias negativas para su vida empresarial, hasta que antes de ayer llegó a sus instalaciones una liquidadora designada por la Superintendencia de Compañías.

El país se ha privado así de las voces y la contribución de un grupo humano siempre innovador, con claridad sobre su misión y su compromiso con la sociedad. Estamos seguros de que encontrarán nuevos rumbos para ejercer su vocación de comunicar y de servir.