A pesar de que reconoce que los cigarrillos electrónicos son menos tóxicos que los cigarrillos convencionales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado prohibir la venta a menores de edad, por considerar que su consumo plantea graves amenazas a los adolescentes, los niños y los fetos. También recomienda la prohibición de los inhaladores electrónicos de nicotina en espacios cerrados.

Las pruebas existentes demuestran que no son solo vapor de agua, como dice cierta publicidad, y que la exposición a la nicotina tiene efectos graves a largo plazo sobre el desarrollo del cerebro, señala la OMS. Si bien el consumo convencional de tabaco ha disminuido, el uso de los inhaladores electrónicos de nicotina crece. En la actualidad hay 466 marcas y se conoce que en el año 2013 se gastaron tres mil millones de dólares en este tipo de productos, lo que permite pensar que antes del 2030, el consumo actual se habrá multiplicado por 17.

Es importante seguir la sugerencia de la OMS, porque lo que está en riesgo es el futuro, cuando los efectos de la exposición a la nicotina se demuestren en las deficiencias cerebrales de los afectados.