Una desatinada e irrespetuosa expresión emitida por un personaje de pantalla en un canal de televisión, ha despertado la crítica y protesta de mucha gente en las redes sociales. El hecho da lugar a algunas reflexiones.

Es bueno que haya crecido la conciencia de que todos los seres humanos merecen respeto, porque la condición humana es una, en su diversidad. Las diferencias, en este caso de capacidades, no nos dan un estatus superior ni inferior, dentro de la especie. La solidaridad, ante un acto contrario, revela un progreso en la conciencia colectiva en el reconocimiento de que todos los seres humanos somos sujetos de derechos.

Por otro lado, como en todas las profesiones u oficios, los personajes de pantalla en la televisión deben tener un perfil adecuado, que tiene características generales y particulares, según el tipo de programa de que se trate. Y el tema es importante, porque además de tener carisma que le sirva para conquistar la sintonía, una apariencia atractiva, condiciones y preparación para el papel que se le asigna, debe tener clara conciencia de que en un medio de comunicación hay un conjunto de seres humanos que tienen como tema de su trabajo a seres humanos y que se dirigen a seres humanos. Por esto, deben tener claro el concepto de dignidad humana y el respeto que merece. Si así fuera, no se producirían comentarios ofensivos, ni se presentarían imágenes impactantes por inadecuadas en ninguno de los programas, ni en los de farándula, ni en los concursos, ni en los deportivos y mucho menos en los informativos.

Es posible que más de un lector, si llegó hasta aquí, esté pensando que la autora es ilusa, que aun en el supuesto de que tuviera razón, es muy difícil evaluar a las personas desde esta perspectiva, y es probable que así sea. Pero la fuerza educadora, que aún sin proponérselo, tiene la televisión, en el sentido de que transmite conceptos, conductas y maneras de mirar la vida, lo requiere.

La televisión en vivo no deja tiempo para reflexionar, consultar, pensar; las respuestas y comentarios deben ser instantáneos y entonces lo que se dice es espontáneo, pero al mismo tiempo debe ser cuidado y oportuno y eso solo se logra cuando lo que se piensa habitualmente, lo es.

Desde el punto de vista técnico la televisión ecuatoriana ha progresado mucho y, además, demuestra interés en propiciar la producción nacional, desde antes de que la ley lo imponga y en este campo ha tenido algunos aciertos. Hay que estimular y responder como televidentes críticos, aplaudiendo los logros y señalando lo que puede mejorarse. Talentos tenemos, hay que saber encontrarlos, prepararlos, exigirles, con el mismo respeto que reclamamos de ellos. En esto las redes sociales tienen mucho que hacer.

La solidaridad, ante un acto contrario, revela un progreso en la conciencia colectiva en el reconocimiento de que todos los seres humanos somos sujetos de derechos.