Todavía hay quejas respecto del amontonamiento de basura en determinados sectores, incluso en aquellos por donde el carro recolector pasa tres veces al día. Los mismos habitantes se quejan de que no todos cumplen con sacar los desperdicios a la hora y en el lugar indicados, sino que la botan en cualquier sitio.

Todos queremos una ciudad limpia y sana, pero lograrlo es tarea común, no solo de las instituciones oficialmente encargadas del aseo de las calles. Hace falta que todos tomemos conciencia de que se trata de una responsabilidad colectiva, que demanda nuestra reflexión y nuestra acción.

Lo cierto es que hace falta una campaña masiva, que involucre a ministerios, municipios, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación, compartiendo el mismo objetivo: educar a la población para que contribuya a hacer de esta ciudad un lugar saludable y acogedor en todos sus rincones.