La semana pasada esperaba con entusiasmo el 25 de julio para celebrar a Guayaquil. Ya los festejos se habían iniciado días antes, pero algunos hechos caóticos empezaron a nublar un poco la celebración. Un día antes se aprobó el Código Monetario: una junta reguladora decidirá sobre los fondos de los depositantes; también se aprobó un impuesto de $ 42 para las compras por internet, supuestamente para impedir la competencia “desleal” con los productores nacionales; El Nuevo Herald informó que la exvicealcaldesa de Santo Domingo fue detenida en el aeropuerto de Miami por no declarar que llevaba dos lingotes de oro; en cambio, en Ecuador arrestaron a Carlos Figueroa, sentenciado a seis meses de prisión por injurias; y para cerrar con broche de oro, Twitter suspendió las cuentas de cuatro usuarios críticos al Gobierno.

Como verán, ese ambiente no era el más propicio para andar de celebración, pero llegó el viernes 25 de julio, y ver sentados juntos a Mauricio Rodas y Jaime Nebot en la sesión solemne por los 479 años del inicio del proceso fundacional de Guayaquil provocó en mí uno de los suspiros más profundos. Fue esperanzador. Tal vez me esté adelantando, pero sentí que pudiera ser el principio de esa unidad que tanto hemos esperado.

Que Rodas haya estado presente en Guayaquil no solo demuestra su compromiso con Quito de estrechar lazos con el Puerto Principal, sino también su compromiso con las libertades y derechos. Esta actuación de Rodas debe hacer meditar a otros y entender que no pueden darse el lujo de escoger a las voces que se van a unir. El fin mayor pesa más que las diferencias políticas. La meta es la unidad por la democracia.

También asistieron a la sesión solemne los prefectos de Azuay, El Oro, Morona Santiago, Pastaza, y los alcaldes de Machala, Guaranda, Tulcán, Daule, Pasaje, El Guabo, Isidro Ayora, Samborondón, El Triunfo y Las Naves. Su presencia representa un avance para el rescate de valores y principios.

Hubo un gran ausente, el alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera. Me informaron que no pudo asistir por un viaje a Europa, pero en su cuenta de Twitter había fotos y comentarios de sus recorridos por la ciudad durante el fin de semana... Sea cual fuese la razón para su ausencia, ojalá la próxima vez sí esté disponible y dispuesto.

Creo que lo del 25 de julio es un gran paso, debemos recordar que “son tiempos difíciles”, aunque no para la delincuencia, como quisiéramos. Son tiempos difíciles para la libertad de expresión, la democracia y la independencia de poderes. Esos son los ideales por los que hay que trabajar juntos, y el momento es ¡ahora! De lo contrario, nos terminarán controlando hasta lo que comemos con el pretexto de darnos nuevas carreteras.

Nuestro alcalde Nebot fue muy claro en su discurso, hay que perder el miedo cuando se trata de defender lo más preciado: “Desterremos el temor… pues el temor es el ladrón de todo sueño; y la ignorancia, la carcelera de toda rebeldía. Y esta ciudad y este país, dentro de la Constitución y la ley, tienen que ser rebeldes cuando defienden su presente, su futuro, su progreso, su vida y su libertad”.