Fuera del edificio matriz del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), alrededor de un centenar de extrabajadores de la institución, con un ataúd y cornetas, exigieron el pago de su jubilación patronal que les fue suspendida hace catorce meses. Tres compañeros se declararon en huelga de hambre y será progresiva, según anunciaron.

El 7 de julio, las autoridades del Consejo Directivo del IESS los recibieron para hablar del tema, pero no han obtenido una respuesta, dijeron.

Mientras, el presidente del Directorio del IESS rechazó la protesta y dio a conocer que se ha aprobado ya una resolución para que se analice caso por caso; además, que se haga una consulta a la Procuraduría del Estado acerca de la legalidad y el derecho de los extrabajadores de recibir su jubilación patronal y, en algunos casos, la indemnización por suspensión de partidas.

Irónicamente, una de las acepciones de la palabra jubilación es viva alegría, júbilo, que es lo que merece quien ha trabajado muchos años y finalmente se retira para tener tiempo de preocuparse de sí mismo y de sus intereses y aficiones. El presidente del IESS ha dicho que el plazo para investigar cada caso es de noventa días, recién entonces se consultará a la Procuraduría. Quizás sea plazo necesario, pero hay que tener en cuenta que ya tienen catorce meses en espera de una solución y es probable que esa pensión sea indispensable para su sustento. Tienen derecho a una pronta respuesta.