¿Cómo va a obtener empleo mi hijo? Pocas preguntas escucho con más frecuencia que esta.

En febrero entrevisté a Laszlo Bock, que está a cargo de las contrataciones en Google –unos cien empleados nuevos cada semana–, para tratar de saber lo que busca una empresa como Google y por qué cada vez está más dispuesta a contratar a personas sin títulos universitarios. Las observaciones de Bock generaron muchas respuestas de los lectores, particularmente su idea de que a los jefes de hoy no les interesa tanto lo que saben los aspirantes o dónde lo aprendieron –la maquinaria Google lo sabe todo– como el valor que pueden generar con lo que saben. Ahora que se acerca el fin de cursos, regresé a Google para pedirle a Bock su mejor consejo a los que buscan empleo en cualquier parte, no solo en Google. Esta es una versión condensada de nuestras conversaciones.

¿No está diciendo que los estudios universitarios no valen nada?

“Mi creencia es que uno no debería ir a la universidad”, afirmó Bock.

Es que entre las personas de 18 a 22 años de edad –y quienes regresan a la escuela años después– “pocos reflexionan en lo que están haciendo y qué quieren obtener de ello”. Por supuesto, queremos unos ciudadanos informados, que todos tengan una base de conocimientos sobre la cual desarrollar su talento. Ese es un bien social. Pero, agregó, no hay que ir a la universidad solo porque pensemos que es lo debido y que cualquier título es suficiente.

“Lo primero y más importante es ser explícitos y estar dispuestos a tomar la decisión de lo que queremos obtener con nuestra inversión en educación”. Es una increíble inversión de tiempo, esfuerzo y dinero y la gente debe de reflexionar muchísimo “en lo que va a obtener a cambio”.

Una vez ahí, hay que procurar que lo que obtengamos no sea solo una ampliación de nuestros conocimientos sino también habilidades que tengan valor en el mercado laboral. El título universitario ya no es un sustituto de tener la habilidad y los rasgos de carácter para realizar un trabajo.

¿Cuáles son esos rasgos? Uno es el valor, reveló. Tras hojear los currículos de los cien contratados por Google esa semana, Bock explicó: “Estuve en un plantel hablando con un estudiante, que estaba estudiando computación y matemáticas al mismo tiempo, pero estaba pensando en pasarse a una cerrera de economía, pues los cursos de computación eran demasiado difíciles. Yo le dije que era mucho mejor ser un estudiante de 8 en computación que uno de 10 en literatura pues revela cierto rigor en el razonamiento y una carga de estudios mucho mayor. Ese estudiante va a ser uno de nuestros pasantes este verano”.

O bien, agregó, veamos este titular de The Wall Street Journal de 2011: “Los estudiantes eligen carreras más fáciles, pese a estar mal pagadas”. Este era un artículo sobre una estudiante que se cambió de ingeniería eléctrica y computación a psicología. Explicó que la primera le había parecido demasiado difícil y que mejor se iba a concentrar en una carrera en Relaciones Públicas y Recursos Humanos. “Yo pienso que esa estudiante cometió un error” al dejar esa carrera, dijo Bock, aunque significara calificaciones más bajas. “Ella estaba dejando una carrera en la que ella se habría diferenciado en la fuerza de trabajo” y “dejando cursos que la habrían hecho estar mejor calificada para otros puestos debido a su formación”.

Esto es la clave para Bock, pues lo primero que busca Google en sus aspirantes es “capacidad cognoscitiva general: la capacidad de aprender cosas y resolver problemas”, reveló. En ese sentido, “una serie de conocimientos que será muy valiosa es la capacidad de comprender y aplicar información, y esta es la habilidad básica de la computación. No estoy diciendo que tenga que ser excelente programadora, sino para simplemente entender cómo funcionan estas cosas hay que pensar de manera formal, lógica y estructurada”. Pero ese tipo de razonamiento no necesita provenir de un título en ciencias de la computación. “Yo llevé estadística en la escuela de administración y fue muy transformativo para mi carrera. La formación analítica nos da una serie de habilidades que nos diferencia de la mayoría de los aspirantes en el mercado de trabajo”.

Muchos trabajos, agregó, ya no están anclados en un lugar.

“Así pues, si queremos un empleo en el lugar en que estemos, necesitamos ser: a) muy buenos en él; y b) muy adaptables y tener una serie básica de habilidades que nos permitan ser operador del centro de llamadas un día e interpretar resonancias magnéticas al día siguiente. Para tener la serie de habilidades que nos permita hacer las dos cosas se requiere una capacidad básica que es analítica.”

Bueno, ¿y qué hay de la creatividad?

Bock: “El ser humano es creativo por naturaleza, pero no es lógico ni razona de manera estructurada por naturaleza. Estas son habilidades que hay que adquirir. Una de las cosas que hace más efectivas a las personas es que puedan ser las dos cosas... quienes destacan en los dos atributos tienen más opciones. Pero los que tienen uno solo también están bien”. Pero muy poca gente tiene un proceso de pensamiento estructurado y creatividad.

¿Las artes liberales siguen siendo importantes?

Son “fenomenalmente importantes”, respondió, especialmente cuando se combinan con otras disciplinas. “Hace diez años apenas había referencias a la economía conductual. Pero entonces aplicamos una ciencia social a la economía y de pronto tenemos un campo totalmente nuevo. Yo pienso que las cosas más interesantes están ocurriendo en la intersección de dos campos. Para irse por ahí se necesita experiencia en los dos campos. Hay que saber economía y psicología, o estadística y física, y reunirlas. Se necesita gente que piense de manera holística y tenga antecedentes en artes liberales, y otras personas que sean expertos profundamente funcionales. Es difícil lograr ese equilibrio pero ahí es cuando terminamos construyendo grandes sociedades, grandes organizaciones”.

¿Cómo se elabora un buen currículo?

“La clave es enmarcar las fortalezas de este modo: ‘Yo logré X, en relación con Y, haciendo Z’. La mayoría redacta su currículo así: ‘Escribí editoriales para The New York Times. Es mejor decir: ‘Tuve 50 artículos de opinión publicados, por encima del promedio de seis artículos de la mayoría de los comentaristas, debido a que ofrecí una profunda perspectiva en la siguiente área durante tres años’. La mayoría no pone lo que debe en su currículo.”

¿Cuál es su consejo para las entrevistas de empleo?

“Lo que conviene es decir: ‘Este es el atributo que voy a demostrar; este es el artículo que lo demuestra; así es cómo este artículo demuestra ese atributo’.” Ahí es cómo se puede generar valor. “En la entrevista de empleo, la mayoría no hace explícito el proceso de pensamiento o las razones que la llevaron a hacer algo, aun cuando pudiera contar una historia atractiva, es incapaz de explicar su proceso de pensamiento”.

Espero que algo de esto ayude a padres, recién graduados y aquellos que han estado mucho tiempo sin trabajo.

Lo primero que busca Google en sus aspirantes es “capacidad cognoscitiva general: la capacidad de aprender cosas y resolver problemas”.

© The New York Times 2014.