Promovido por la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el gobierno de Nicolás Maduro y la Mesa de Unidad Democrática (MUD) acordaron iniciar un diálogo tras dos meses de protestas antigubernamentales que han dejado 39 muertos y alrededor de 600 heridos.

Se acordaron tres condiciones: que las conversaciones sean públicas, que la agenda se maneje de manera conjunta y que asistan a las reuniones testigos de buena fe, entre los que estaría el Secretario de Estado del Vaticano.

Sin embargo, hay indicios que permiten dudar de que esta iniciativa dé buenos resultados. El partido opositor Voluntad Popular, no participa por considerar que no se cumplen las condiciones apropiadas y, Nicolás Maduro ha dicho que “no hay ni negociación ni pacto, lo que hay es un debate, un diálogo, lo que es diferente”. Las palabras del presidente venezolano parecen indicar que una de las demandas del MUD no será atendida, ellos esperan el desarme de los civiles, a quienes consideran brazo armado progobierno.

En todo caso, América Latina sigue con interés esta posibilidad de recuperación de la paz en el país amigo, la que solo será posible si el diálogo se realiza con madurez y con un auténtico deseo de encontrar en conjunto mejores días para Venezuela.